Leiro Roteiro


Exposición de la Tabacalera: Leiro Roteiro



La exposición del artista gallego Leiro Roteiro se organizó en 7 fases o etapas (Leviatán, Tránsito, Frontera, Nichos, Lugar, Modelos y Caracteres), las cuales son la evolución de la obra escultórica del artista y el concepto y trasfondo que motiva esta.
Francisco Leiro Roteiro (Cambados, 1957) es un escultor contemporáneo cuya especialidad es la talla de madera. La exposición de Tabacalera recogió obras que abarcan desde los 90 hasta la actualidad, habiendo sido algunas de ellas creadas específicamente para las salas del edificio. En la exposición, las obras muestran distintas temáticas en diferentes estilos como el surrealismo y el pop-art. Además, las obras están organizadas en distintas etapas en las que se puede apreciar la evolución del artista y su comprensión del mundo, a la par de mostrar una síntesis perfecta entre pintura y escultura.



Fotografía realizada por Pablo Alonso


LEVIATÁN


La primera Etapa se encuentra nada mas entrar a la exposición, y recibe al espectador con una gran escultura de mármol que representa el esqueleto de una especie de ballena. Aunque tosca, su tamaño impone y genera respeto. Esta escultura presenta el resto de la exposición y de la obra del artista.


La primera vez que vi la escultura, y no fue con ninguna mala intención, pensé: "Cuando por fin derrotas al dragón del END". 
Al margen de mis pensamientos, he de decir que me gustó la paz que transmitía la obra en ése entorno. Era como entrar a un santuario.







Fotografía realizada por Pablo Alonso




TRÁNSITO


En esta fase las obras muestran figuras surrealistas que están saliendo de las paredes o intentándolo cuanto menos. Son figuras grandes, no tanto como el leviatán, pero sí lo suficiente como para casi camuflarse en el pasillo. El que estuvieran dispuestas de esta forma hacía que la gente las ignorase con frecuencia o que no les prestaran mucha atención. En mi caso, esta fase tuve que verla con detenimiento dos veces para poder analizarla.



FRONTERA

Aunque mantienen formas surrealistas, las piezas de esta etapa son más humanas, pudiendo verse con claridad que las figuras representan personas. Aquí, Roteiro se sirvió de la mitología y las costumbres de Galicia para usarlas como temática, creando unos duendecillos encerrados en botellas y, a mano derecha, un cobertizo que albergaba una sauna con dos hombres pasando el rato.

NOTA: acceder al interior fue complicado dado que había mucha gente haciendo cola y además la entrada era un pasillo angosto con paredes llenas de salientes. Supongo que el que estuvieran hechas así era para representar una especie de pasaje a otro mundo, oculto entre las sombras, como en una película.



NICHOS



Siendo la parte más tenebrosa de toda la exposición, en esta fase el tema principal es el hombre y su miedo a la muerte. Aquí se representaban figuritas de madera luchando por salir de sus ataúdes, o haciendo cuanto pueden por sellarlos para no entrar en ellos. También, de forma apartada, se presentaba una gran caja blanca que a simple vista no tiene nada de especial, pero al asomarte por sus agujeros, se podía ver en su interior la escultura de una mujer, haciendo entender que la caja era un ataúd y, la sala en la que se encontraba, un tanatorio. 








Quizás fuese por sus posturas, o por su simpleza, pero esta fue la fase que más me gustó. Las figuritas de los ataúdes me hicieron mucha gracia (en el buen sentido), puesto que cuando las vi pensé que lo que estaban haciendo era meterse en sus ataúdes, no escapar de ellos.

Fotografía realizada por Pablo Alonso

Otra cosa que me agradó de las figuritas era su acabado picudo y geométrico, simple pero práctico. Me recordó a los gráficos low-polly.











Fotografía realizada por Pablo Alonso



LUGAR

Siendo un espacio reducido, esta etapa mostraba esculturas con formas más precisas y semejantes a las personas. En lugar de ser madera, estas eran de granito y mármol, y se encontrabban en el suelo, simulando que querían salir de él a toda costa. La carga emocional y su gran expresividad las hacía parecer desesperadas, consiguiendo que el espectador sintiera lástima.

En mi caso, me dieron miedo.


MODELOS

Expuestas en una mesa, este espacio contenía diversas figuritas de madera que representaban a distintas personas haciendo distintas cosas. Como tal no tenían nada en común, sólo eran piezas que Leiro hizo por hacer. No obstante, la expresividad que mostraban algunas era tan fuerte que parecía real.















Fotografía realizada por Pablo Alonso

Esta escultura me dio la impresión de que me
estaba juzgando.

Fotografía realizada por Pablo Alonso



CARACTERES

Siendo la última etapa de la exposición, aquí se mostraban esculturas de madera de distintos tamaños y colores que representaban personajes variados, influenciados por su tierra natal, Galicia. En esta fase se podía ver claramente cómo ya logró dominar su técnica tanto pictórica como escultórica, logrando emociones y movimiento en objetos rígidos e inertes con auténtica maestría. 











Cuando los vi, literalmente pensé: "Tienen pinta de saber lo que quieres..."






Fotografía realizada por Pablo Alonso                                      Fotografía realizada por Pablo Alonso



Fotografía realizada por Pablo Alonso


Vale, este me recordó a Gandalf  y su "You shall not pass!!"



He de admitir que me sorprendieron unas cuantas de sus obras, sobre todo las figuritas de los féretros. Pero por lo demás, de las tres exposiciones que había en la Tabacalera, la que más me gustó fue Sfumato, de Rui Macedo. El hecho de que estuvieran ocultas me llamó mucho la atención.

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